Museos en el Antropoceno: ¿Desaparecemos por irrelevantes?
Texto: Eduardo Santana Castellón
Fotografías/Ilustraciones: Aranza Rodriguez
Publicada el domingo 19 de mayo de 2024 en la columna Crónicas del Antropoceno en el periódico EL INFORMADOR.
Mayo 20, 2024
Los museos estamos en un proceso de “exaptación evolutiva”; utilizando lo que fuimos para alcanzar lo que necesitamos ser.
Las protestas ecologistas que, sin hacerles daño, arrojan sopa de tomate a famosas obras de arte en museos prestigiosos, nos dicen tanto o más sobre los museos que sobre el medio ambiente. Estas protestas tipo “performance art” crean sorpresa por su irreverencia, similar a cuando Banksy trituró su propia pintura en una subasta. Los museos son de las instituciones más antiguas de la humanidad. Desde el Museion de Alejandría y los “gabinetes de curiosidades” europeos, han estado históricamente asociados a las ciudades y al poder. Son también entre las instituciones que cuentan con mayor prestigio y autoridad académica. Pero evolucionan, y hoy se proponen fortalecer la democracia mediante la educación y la información. Este anhelo al cambio se refleja en los lemas del International Council of Museums (ICOM): “Museos como agentes de cambio social y desarrollo” y “Museos e historias controvertidas: decir lo indecible en los museos”. Y aún más, en el traumático debate que vivió el ICOM para acordar la nueva definición de museo.
Los museos públicos dependen en gran medida de fondos fiscales; por lo tanto, somos responsables principalmente ante los ciudadanos (no sólo ante nuestros visitantes) sobre el valor social que generamos, mismo que va más allá de nuestros logros en estrechas disciplinas académicas. Los museos, ya sean de matemáticas o de arte medieval, pueden hacer que sus temas sean relevantes para comprender y actuar sobre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o las deterioradas condiciones de vida en sus ciudades. Debemos encontrar nuevos espacios intersticiales disciplinarios de comunicación, ya que el provocar emociones y aprendizajes en los museos a través del arte es tan importante como transmitir datos y conocimientos. La agenda contemporánea de los museos comienza por transformar sus narrativas reinterpretando objetos, eventos y contextos, y escuchando respetuosamente y transmitiendo las voces de los “subalternos” que han sido históricamente oprimidos, invisibilizados y excluidos. Esto incluye poner en justa perspectiva el papel de la esclavitud y los procesos de despojo coloniales; modificar las narrativas racistas, clasistas y sexistas; presentar sin censura las voces de los pueblos indígenas; explorar las desigualdades sistémicas de riqueza, poder y vulnerabilidad; e inclusive, evaluar éticamente nuestras fuentes de financiamiento.
Todo lo global inicia y termina en lo local. Necesitamos integrar los desafíos locales y civilizacionales en nuestras narrativas museísticas. Las protestas de los ambientalistas nos dicen que necesitamos desarrollar nuevos tipos de autoridades en los museos: autoridad moral y autoridad de relevancia. Ambas se fortalecen con el ejemplo de nuestro comportamiento institucional de gobernanza interna, transparencia y administración, en coherencia con los valores que defendemos. La pertinencia llega cuando catalizamos transformaciones socioecológicas relevantes en nuestros territorios de influencia. Esto requiere revisar nuestra misión y visión, y encontrar nuevas métricas de desempeño que nos permita medir nuestras contribuciones locales para lograr el cumplimiento de la declaración universal de derechos humanos y los objetivos de desarrollo sostenible.
Los museos estamos en un proceso de “exaptación evolutiva”; utilizando lo que fuimos para alcanzar lo que necesitamos ser: pertinentes, relevantes y eficaces en la promoción del cambio social hacia un futuro más justo, empático y socio-ecológicamente sostenible. O nos adaptamos o nos extinguimos por irrelevantes.