El Medio Ambiente como un Ente de Cambio
Texto: Sergio Gutiérrez Sánchez
Fotografías/Ilustraciones: Adry Del Rocío
Publicada el domingo 7 de septiembre de 2025 en la columna Crónicas del Antropoceno en el periódico EL INFORMADOR.
Septiembre 8, 2025
¿Y si lo más viable no es frenar el avance del medio humano, sino adaptarlo y acoplarlo al medio natural?

En la actualidad, las ciencias naturales (biología, ecología, climatología, etc.) y el activismo ambiental buscan promover la conservación, mantenimiento y restauración del mayor número de áreas naturales posibles, con el fin de evitar las consecuencias derivadas de la pérdida de biodiversidad, la contaminación del agua y aire, y la destrucción y fragmentación del hábitat.
Sin embargo, a pesar de estos nobles y arduos esfuerzos, cada día que pasa se vuelve más complicado mantener separados el medio natural del medio humano, sin que sus respectivas esferas de influencia converjan entre sí, y con el aumento progresivo de la población y la necesidad de construir nuevas edificaciones y ampliar los centros urbanos que satisfagan la constante demanda de espacio, se vuelve necesario un cambio de enfoque.
¿Y si lo más viable no es frenar el avance del medio humano, sino adaptarlo y acoplarlo al medio natural? Quizás, lo que necesitamos es que científicos, activistas ambientales, arquitectos e ingenieros civiles trabajen en conjunto para planear, diseñar y edificar condominios, avenidas, calles y centros urbanos que sean más inocuos y aptos para que una amplia variedad de seres vivos pueda instalarse (aves, reptiles, pequeños mamíferos, etc.) o moverse a través de ellos (mamíferos de tamaño medio o grande). Aumentar las áreas verdes (parques, avenidas arboladas, jardines en azoteas, etc.), emplear materiales de construcción menos contaminantes (bambú, corcho, hormigón reciclado, etc.) crear corredores biológicos por donde pueda cruzar la fauna, recrear en cada construcción las funciones ecológicas de los ecosistemas (regulación del clima, mantenimiento de la biodiversidad, purificación del agua y aire, etc.) son algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo para conseguir dicha meta.
Pero, aunque esta idea, ya ha sido propuesta e impulsada por múltiples actores a lo largo del tiempo (la ONU, por ejemplo) y se ha formalizado en la Nueva Agenda
Urbana, adoptada en la Conferencia Hábitat III en Quito en 2016, se requiere del compromiso y apoyo unánime de cada uno de los países y gobiernos del mundo por igual. Esto con la finalidad de establecer nuevas políticas, leyes y normas globales que estén dirigidas a construir urbanizaciones sostenibles y/o que se reacondicionen las ya existentes. Además, serían los gobiernos junto al resto de especialistas los que establecerían las nuevas condiciones y oportunidades de negocio basadas en esta idea que atraigan a empresarios interesados en invertir.
Antes de terminar, hay que resaltar el importante rol que jugamos los ciudadanos de a pie para que esta visión en apariencia utópica e inalcanzable pueda ser extraída del mundo de los sueños y plasmada en la realidad. Tal vez, te surja la pregunta, ¿Cómo puedo yo contribuir? Si no uniéndote a campañas ambientales o movimientos ecologistas, sí promoviendo el cuidado al medio ambiente desde el ámbito personal a través de pequeñas acciones como cuidar el agua, reducir el uso del vehículo o regular nuestra conducta consumista. Porque antes de siquiera intentar cambiar al mundo, primero hay que empezar por uno mismo y nuestros hábitos.

