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Hermosas Pesadillas

Texto: Marcos Vinagrillo

Fotografías/Ilustraciones: @sopita.de.donosaurios

Publicada el domingo 20 de Octubre de 2024 en la columna Crónicas del Antropoceno en el periódico EL INFORMADOR

Octubre 21, 2024

¿Temes lo que hay en el sótano? Pues la pesadilla recreará el sotano aún más oscuro y tenebroso.

Si algo recuerdo de mi infancia (de infans, “el que no habla”) son mis pesadillas, principalmente
ser perseguido por zombies y, aunque seguramente me inspiraba jugando Resident Evil II con mis
primos, más tarde entendí que éste, como todos los sueños, era una metáfora. Es decir, no es que
hubiese sido perseguido por muertos vivientes, ni una premonición de una Guerra Mundial Z
(espero), sino la representación de un miedo vivido por muchos niños como yo que, perseguidos
por una sociedad machista, éramos el monstruo escondido en el closet.
Ernest Hartmann trabajó en comprender las pesadillas y propuso dejar de verlas como una
enfermedad, para reconocer algo hermoso en su existencia. Planteó que cada sueño es una sesión
privada de terapia enfocada en las emociones más relevantes que experimenta el cuerpo. Frente a
emociones positivas, se esperarían sueños tranquilos que en su mayoría serán olvidados al
despertar, pero con emociones negativas como el miedo, la sesión, ese sueño, será una pesadilla,
pues ¿qué es el miedo sino la duda sobre algo que pudiera dañarnos, o la certeza de lo que nos ha
traumatizado?
Durante el sueño, un coctel de neurotransmisores nos acuesta en el diván, “apagan” los músculos
que nos permiten correr o jugar Play Station. Así la mente explora libremente, comparando y
encontrando semejanzas entre presente, pasado, futuro e incluso con aquello inexistente, lo
imaginario, entonces comienza un festival de cine onírico donde veremos los cortos, medios y
largometrajes que llamamos sueños.
¿Alguna vez has soñado con una persona que conoces perfectamente, pero que al despertar no
tienes idea de quién es? Freud llamó a estas metáforas “condensaciones”, personajes creados con
partes de distinta gente que sí conoces pero que en realidad no existen. Bueno, lo mismo pasa
cuando se condensan distintos miedos, surge un monstruo quimérico con patas de araña, alas de
murciélago y cuerpo de serpiente y, además de metáforas, en las pesadillas también ocurren
“amplificaciones”. ¿Temes lo que hay en el sótano? Pues la pesadilla recreará el sotano aún más
oscuro y tenebroso.
Carl Jung propuso un elemento más, que implica que nuestras pesadillas no son solo alimentadas
por los miedos del Antropoceno, pues nuestro cerebro no fue creado solo por humanos. Desde las
primeras redes neuronales en medusas y con cada nueva especie en nuestra cadena de ancestros,
la red y sus conexiones crecieron, aumentando el laberinto hasta la configuración actual de
nuestro pensamiento. En otras palabras no solo sueñas tu vida, muchos elementos, espacios,
personas y hasta acciones son la huella de las miles de vidas que ocurrieron para que hoy existan y
quizá por eso una de las pesadillas más comunes es ser perseguidos, pues es un miedo que todos
los seres vivos compartimos.
Cada pesadilla es la hermosa manera como nos hacemos preguntas en los sueños, como podemos
detectar lo que hay que resolver y sanar, como convivimos con nuestr@ niñ@ interno y como
recordamos por un momento que más que cuerpos, más que humanos, somos toda la vida
soñándose a sí misma una y otra vez, desde las primeras Eras hasta el Antropoceno.

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