Nanomundo: Entre la Promesa y la Incertidumbre
Texto: Jotran Maximiliano Ponce
Fotografías/Ilustraciones: Caracolsaurio
Publicada el domingo 08 de septiembre de 2024 en la columna Crónicas del Antropoceno en el periódico EL INFORMADOR.
Septiembre 09, 2024
La nanotecnología moderna nos ofrece un control sin precedentes sobre la materia. Sin embargo, surge la necesidad de reflexionar sobre las implicaciones de nuestras creaciones.
La Tierra cuenta con susurros de polvo las historias de especies extintas y de eras olvidadas en el
viento. Hoy, un nuevo capítulo se escribe en su piel: el Antropoceno, y entre sutiles marcas, no por
ello menos profundas, se revela algo tan antiguo como el universo mismo. El grafito y el diamante,
por ejemplo, están compuestos del mismo elemento, el carbono, pero sus propiedades son
radicalmente distintas debido a la forma en que sus átomos se organizan. De la misma manera,
desde la fotosíntesis que ocurre en los cloroplastos de las plantas hasta la bioluminiscencia de las
luciérnagas, la vida se organiza en una danza invisible de átomos y moléculas, y nosotros, sin
saberlo, hemos sido aprendices desde tiempos inmemoriales.
Mucho antes de que existiera el término nanotecnología, la humanidad ya manipulaba la materia a
esta escala: las vibrantes tonalidades rojas de los vitrales medievales, por ejemplo, se conseguían
añadiendo nanopartículas de oro al vidrio fundido, y la medicina tradicional china ha utilizado durante
siglos el oro coloidal por sus propiedades terapéuticas, sin comprender del todo que su eficacia
radica en su nanoestructura. Incluso la legendaria resistencia de las espadas de Damasco se debe a
la presencia de nanotubos de carbono, formados accidentalmente durante el proceso de forja. Pero
esta convivencia con el nanomundo no ha estado exenta de consecuencias: la quema de
combustibles, desde las hogueras prehistóricas hasta nuestra actualidad, ha liberado al ambiente
ingentes cantidades de partículas nanométricas, por ejemplo de carbono (hollín), que afectan a la
salud humana y del ambiente. Estudios científicos, como los publicados en la revista Environmental
Health Perspectives, han demostrado que la relación entre la exposición a nanopartículas puede
causar enfermedades, inflamaciones pulmonares, problemas cardíacos, neurodegeneración y daños
al ADN.
Hoy, la nanotecnología moderna nos ofrece un control sin precedentes sobre la materia. Sin
embargo, surge la necesidad de reflexionar sobre las implicaciones de nuestras creaciones,
adoptando un enfoque que reconozca la interconexión de todos los seres vivos, priorice la
sostenibilidad y el respeto por la trama de la vida. La nanofiltración del agua, utilizando membranas
con nanoporos para eliminar contaminantes, es un ejemplo de cómo la nanotecnología puede
contribuir a un futuro más sostenible; sin embargo, la proliferación de nanomateriales en productos
de consumo, desde cosméticos hasta textiles, plantea interrogantes sobre su impacto a largo plazo
en los ecosistemas y la salud de todos los seres vivos.
La nanotecnología es una herramienta poderosa, una espada de doble filo: puede utilizarse para
mitigar los problemas ambientales que hemos creado o para agravarlos. La decisión está en
nuestras manos. Informarnos sobre los avances de la nanotecnología, participar en el debate sobre
su regulación y exigir transparencia a las empresas que la utilizan son acciones necesarias para
asegurar un futuro donde esta poderosa ciencia esté al servicio del bienestar del planeta y de
quienes lo habitamos.