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El Zumbido del Miedo

Texto: Coco Vargas

Fotografías/Ilustraciones: Aranza Rodriguez

Publicada el domingo 12 de enero de 2025 en la columna Crónicas del Antropoceno en el periódico EL INFORMADOR.

Enero 13, 2025

¿Alguna vez te has preguntado por qué los mosquitos no te dejan en paz?

Los mosquitos, diminutos pero problemáticos, han sido una constante amenaza para el
Homo sapiens durante milenios. Sin embargo, en tiempos recientes, su impacto en la
salud pública ha crecido, especialmente en regiones tropicales, debido a factores
ecológicos, sociales y climáticos. Estos insectos no solo interrumpen nuestro sueño, sino
que también son vectores de enfermedades graves como el dengue, zika, chikungunya,
fiebre amarilla y malaria.

Si bien nuestra convivencia en la tierra con estos insectos no es nueva, no fue sino hasta
finales del siglo XIX y principios del XX que se tuvo un poco más de claridad sobre su papel
en la transmisión de enfermedades. Pero ¿todos los mosquitos son el enemigo? La
respuesta es no, ¡solo las hembras!, y aunque existen alrededor de 3,500 especies en el
mundo, la realidad es que solo seis especies de los géneros Aedes, Anapheles y Culex, son
las que encuentran en nuestros efluvios corporales un imán irresistible, una fragancia
exótica que despierta sus instintos más profundos.

Si alguna vez te has preguntado por qué los mosquitos no te dejan en paz, en principio
para ellos el olor de nuestro sudor y del dióxido de carbono que exhalamos es como un
perfume francés: seductor y embriagador. Aunque también el calor del cuerpo, o incluso
el vestir de ropa oscura (nos hace más visibles para ellos) son factores que suman en el
coctel de atracción. En resumen, nos pican no por agresión, sino movidos por una
atracción irracional, un deseo insaciable que solo se calma al probar aquello que tanto
anhelan...nuestra sangre.

Aunque seamos conscientes de que nuestra relación tóxica con ellos es inevitable, cabe
agregar que las enfermedades que nos transmiten, como es el caso del dengue, han
experimentado un incremento significativo en su incidencia a nivel mundial y
particularmente en México, situación que se vincula en parte al cambio climático. Aquí
como las caderas de Shakira, las cifras no mienten, ya que durante 2024, los casos
reportados alcanzaron cifras que superan los 13 millones de casos y 8,500 fallecimientos;
esto comparado con los 6.5 millones de casos del 2023 nos da señales alarmantes en tema
de salud. En México no estamos exentos del dengue, y lo podemos encontrar en todas las
entidades del país, debido a la presencia de condiciones climáticas favorables para el
mosquito Aedes aegypti, el principal transmisor de la enfermedad.

El cambio climático no sólo favorece la proliferación de mosquitos con temperaturas más
altas, lluvias intensas y el plus que le damos con las urbanizaciones que generan
ambientes propicios para la reproducción de moscos en áreas de acumulación de agua,
sino que también extiende su alcance geográfico. Ante esto no hay opción más que hacer
frente al problema, ¿cómo? pues fortaleciendo la gestión ambiental, implementando
estrategias de control vectorial y programas de salud pública adaptados a un clima
cambiante. A lo individual nos queda usar repelente, colocar mosquiteros en casa y
eliminar criaderos domésticos, esperando con esto, estar preparados para la siguiente
temporada.

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